Los peligros de los refrescos: asociados de nuevo a problemas cardiometabólicos
El consumo de alimentos y bebidas procesados, que contienen un importante exceso de azúcar, se encuentra estrechamente relacionados con el desarrollo de las enfermedades Cardiometabólicas. De hecho, un estudio publicado en 2016 Clinical & Translational Endocrinology afirmó que consumir dos refrescos al día multiplica por 2,4 veces el riesgo de desarrollar diabetes, independientemente de que dichas bebidas contengan azúcar o edulcorantes artificiales.
Un nuevo trabajo afirma que estos resultados y los de otros estudios anteriores son «controvertidos», por lo que han decidido hacer una revisión de 36 investigaciones diferentes realizadas durante los últimos 10 años, con el objetivo de vislumbrar de forma objetiva cuál es la relación real entre el consumo de refrescos y bebidas azucaras y el riesgo de diabetes.
Bebidas azucaradas y diabetes tipo 2
En esta revisión publicada por la revista Journal of the Endocrine Society, los autores encontraron una relación entre el consumo de refrescos y el denominado síndrome metabólico (una cintura ancha, un alto nivel de triglicéridos en sangre, niveles bajos de colesterol HDL o ‘bueno’, azúcar elevado en sangre y presión arterial elevada).
De forma más específica, los autores confirman que el consumo de un refresco al día aumenta el riesgo de hipertensión. Asimismo, el consumo de dos refrescos a la semana también aumentaría el riesgo de padecer diabetes tipo 2.
Además, tomar refrescos de forma regular o bebidas azucaradas disminuye hasta un 17% la sensibilidad a la insulina, algo que explicaría los elevados niveles de azúcar en sangre de los individuos que consumen estas bebidas.
Teniendo en cuenta estos resultados, ¿nos sigue pareciendo buena idea comprar zumos, refrescos y otras bebidas azucaradas, teniendo en cuenta que parecen ser malas para la salud?